jueves, 7 de abril de 2011

Cuando aprender es emocionante (Miriam)

Los 65 alumnos de 3º de la ESO del Colegio Carmelitas-Sagrado Corazón llevan toda la semana sin asignaturas ni horarios y, sin embargo, han trabajado más que nunca, nadie ha faltado a clase y su motivación e interés se han multiplicado.
Haz click en la foto para leer la noticia.

Los ordenadores portátiles han llegado ya a casi 40.000 alumnos de 5º y 6º curso (Miriam)

La  consejera de Educación, Isabel Celaá, aseguró ayer en el Parlamento que el programa Eskola 2.0 continúa su despliegue «preliminar» porque «una transformación de la escuela de semejante calado no se logra ni en un curso, ni tampoco en cuatro». Celaá, que calificó de el plan de dotar de un ordenador personal a todos los alumnos de quinto y sexto de Primaria como la «anunciada revolución tecnológica», aseguró que las previsiones se cumplen «en tiempo y forma»: ya se ha implantado en 1.853 aulas de 525 centros. Eso quiere decir que son casi 40.000 los escolares vascos que han incorporado a su mochila convencional el famoso netbook.
La consejera avanzó estas cifras en la comisión de Educación del Parlamento vasco, donde compareció a petición del PNV para explicar los «problemas» que, a juicio de la parlamentaria Arantza Aurrekoetxea, se han generado durante la puesta en marcha del plan. En concreto se refería a la situación de la escuela de la localidad guipuzcoana de Lezo, que ha rechazado instalar la conexión wifi por supuestos perjuicios para la salud de los escolares.
Tras replicar que «no vamos a contribuir a extender miedos irracionales», la consejera aclaró que Eskola 2.0 supone el «mayor esfuerzo de modernización tecnológica en la historia de la escuela vasca» y «es normal» que surjan problemas en las fases iniciales de su implantación. «Lo significativo es la capacidad para resolverlos», relató.
Celaá aseguró que en sucesivos concursos de adjudicación de los materiales se tomarán medidas para que se repita lo ocurrido este curso, el segundo de la implantación de Eskola 2.0, en el que la llegada de los ordenadores se retraso cuatro meses. «El programa es de tal enjundia que, cuando alcancemos la velocidad de crucero, estos contratiempos nos harán sonreír», dijo.